Personajes que Inspiran
Carlos Cajade
27 de Agosto del 2025
El sacerdote rebelde, generoso y solidario. Así se lo conocía a Carlos Cajade, Carlitos para sus “Hijos”, porque a esos niños a los que abrigo con su gran corazón, él los consideraba sus hijos. Carlos Cajade nació el 2 de mayo de 1950, en una familia de clase obrera en la localidad de Ensenada, y creció en Villa Argüello, un barrio estudiantil en el límite entre Berisso y La Plata. Su padre trabajaba en el frigorífico Swift, en Berisso y murió en un accidente cuando Carlos tenía 9 años. Él mismo entraría a trabajar en la misma empresa a los catorce años.
Allí conocería a viejos militantes de la Resistencia Peronista y comenzó a militar en la Juventud Peronista. Él mismo se sentiría parte de la juventud revolucionaria de los años '70, algo que marcaría su obra posterior.
“Soy de la juventud de los ’70 y vivencié todos los ideales de un mundo más humano, más justo, más fraterno; y creo que todo eso que fui aprendiendo se canalizó en esa Nochebuena del ’84”, solía rememorar Carlitos.
Antes de ordenarse religioso, cuando aún estaba en la militancia, tenía una novia en el barrio. Finalmente, debió entrar en el servicio militar en la década del '70, y luego entró al seminario. Desde allí le escribió una carta de despedida a su novia. Recordaba aquella carta con nostalgia porque había hecho una elección muy difícil. Fue ordenado presbítero para esa Arquidiócesis el 18 de agosto de 1979. Perteneció a la Federación de sacerdotes diocesanos de Schöenstatt.
Esa Nochebuena de 1984
Carlos Cajade, era el sacerdote de la iglesia San Francisco de Asís de Berisso, ubicada en la calle 153 esq. 14. Al terminar Misa de Gallo encontró en la puerta del templo a tres chicos sentados en la escalinata. Les dijo que era Nochebuena, que tenían que ir a sus casas a festejar, pero los chicos le respondieron que no festejaban porque no vivían en sus casas, sino en un terreno baldío. Como no les creyó en primera instancia, los chicos desafiaron a que fuera con ellos. Carlitos, fiel a lo que dictaba su corazón fue y se encontró con que había aún más niños, muchos de ellos muy pequeños. Conmocionado, salió esa misma noche a golpear las puertas de los comerciantes del barrio y compró todos los alimentos y regalos que pudo, y pasó la Nochebuena con ellos. Allí empezó con la idea de crear el hogar. Muchos de esos chicos iniciales luego crecerían y serían educadores sociales, trabajando en la obra de Carlos Cajade.
Su sueño se transformo en una gran Obra Social
Luego de la nochebuena del 84, se comprometió mucho con la causa de los niños de la calle. Fue secretario de derechos humanos en la Central de los Trabajadores Argentinos en la Provincia de Buenos Aires y cofundador, junto al sociólogo Morlachetti, del Movimiento Nacional Chicos del Pueblo, órgano que nuclea en la Argentina las obras de protección de la niñez. Integró la Comisión Provincial por la Memoria, destinada a denunciar los crímenes de la última dictadura militar en la Argentina.
Luego fundaría, en La Plata, el "Hogar de la Madre tres veces Admirable", situado en la calle 643 entre 12 y 13, de la ciudad de La Plata. El Hogar es una institución de rescate de chicos de la calle, y de muchas obras de asistencia y promoción social que nacieron de allí, entre ellas la Revista La Pulseada y la Imprenta Grafitos, se destacan entre todas las obras realizadas. Con el transcurso del tiempo y debido a la seriedad de su compromiso en favor de los más necesitados, el Padre Cajade se convirtió en uno de los referentes más importantes del país en materia de acción social y promoción de la niñez.
Muchos platenses tuvieron la primera noticia del mal que aquejó al padre Cajade cuando los jugadores de Estudiantes, el club de sus amores, salieron a disputar su partido contra Quilmes con una bandera que decía "Fuerza Carlitos Cajade". A partir de ese momento, tanto quienes estaban conectados directamente con su obra como quienes sólo conocían su trabajo por los medios formaron una movilización popular con pocos precedentes, que incluyó marchas por la Ciudad, misas para pedir por su salud y una enorme cadena de rezos.
La muestra más conmovedora de esa movilización comunitaria la dieron los cientos de platenses que protagonizaron una peregrinación de doce kilómetros desde la sede del hogar hasta la puerta del santuario de Shoenstatt, en 15 entre 51 y 53 y que culminó con una misa para pedir por la salud del sacerdote. A paso lento, la marcha fue sumando en cada esquina de la Ciudad más fieles y seguidores de la obra de Cajade. A pesar de la preocupación por el estado de salud del cura, pocos avizoraban un final tan repentino.
El padre Carlos Cajade, un referente de la lucha en favor de los chicos más vulnerables y necesitados, falleció el 22 de Octubre de 2005. Tenía 55 años y durante dos meses dio batalla contra una terrible enfermedad. La noticia provoco hondo pesar en diversos ámbitos de la Ciudad y la Región. Cajade era una figura respetada y querida en la comunidad y su enfermedad había provocado una gran sensibilidad, motorizando diversas muestras de aliento, solidaridad y ruegos por su recuperación. Sus restos fueron velados en el Hogar de la Madre Tres Veces Admirable, ubicado en la calle 643 entre 12 y 13. La ceremonia se extendió hasta el lunes a las 10 de la mañana, cuando el cortejo fúnebre partió hasta el Cementerio local, donde se le dio sepultura en el Panteón de los Sacerdotes.
Testimonios de su obra
Durante los pocos meses que pasaron desde que los médicos le diagnosticaron su enfermedad y su último adiós, fue conmovedora la solidaridad de los chicos que viven en el Hogar. Además, el dolor multiplicó los testimonios de quienes de una manera u otra habían conocido su incansable lucha para dar un sentido a la vida de cientos de chicos de la calle, plasmada en el hogar de la Madre Tres Veces Admirable, que él mismo fundó. El legado de su trabajo incansable quedó plasmado en las historias de quienes alguna vez pasaron por el hogar, muchos de ellos hoy padres de familia que reconocen que su contacto con el padre orientó sus vidas. Como la de Lidia Cantero, que llegó al hogar con sólo cuatro años y hoy, 19 años después, sigue allí, junto a su marido. Lidia resume todo el valor de la obra: "A mí el cura me devolvió la vida, porque yo estaba en el infierno. Ojalá yo pudiera ayudar a alguien como él lo hizo conmigo. Nosotros tenemos muy claro que sin este hogar estaríamos no sé dónde".
A pesar del éxito de su tarea de amor, Cajade era un emprendedor incansable. La enfermedad, que lo sorprendió junto a sus chicos, no había afectado la esperanza de seguir extendiendo su trabajo. Su desaparición física, que lleno de dolor a la Ciudad, no detuvo tampoco su obra. Seguramente, su nombre quedará en la memoria de los platenses como sinónimo de solidaridad, compromiso y energía al servicio de los más necesitados. Miles y miles de platenses extrañan su alegría contagiosa, sus maneras sencillas y genuinas, su espíritu constructivo y su palabra siempre serena. Carlos Cajade -"el cura", como muchos lo llamaban- dejo un ejemplo de conducta.
Desde este sitio queremos recordar al querido Carlitos Cajade, mostrando su legado y el testimonio de lo mucho que puede lograrse cuando se trabaja con humildad, integridad, honradez, honestidad, honorabilidad y sacrificio, en beneficio de los más necesitados.
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