El Centro el Veterano Ex-Combatientes Islas Malvinas (CEVECIM) de Berisso es una institución clave para los veteranos de guerra de la ciudad y sus familias. A continuación, te proporciono información relevante sobre el centro:

Ubicación y Contacto:

La sede del CEVECIM se encuentra ubicada en la calle 8 Número 3750 e/ 159 y 160, en Berisso, Provincia de Buenos Aires.
Además, para comunicarse con el centro, también se puede acudir a la oficina de Derechos Humanos en calles 166 entre 9 y 10, o comunicarse al 4612639.

Actividades y Programas:

El centro participa activamente en el programa "Malvinizar", impulsado por la municipalidad de Berisso, que busca mantener viva la memoria de la guerra y honrar a los caídos.
El CEVECIM colabora en la convocatoria a familiares de soldados fallecidos durante y después de la guerra de Malvinas, para participar en homenajes y actividades conmemorativas.
Participan activamente en los actos y conmemoraciones realizados en la ciudad de berisso, como el 2 de abril.

Importancia:

El centro brinda apoyo y contención a los veteranos de guerra y sus familias, ofreciendo un espacio de encuentro y camaradería.
Desempeña un papel fundamental en la preservación de la memoria histórica de la guerra de Malvinas y en la transmisión de sus valores a las nuevas generaciones.
Es importante destacar el compromiso del CEVECIM con la causa Malvinas y su labor en la defensa de los derechos de los veteranos de guerra.

Voces del Silencio: Un Relato de Malvinas

El viento helado azotaba sus rostros, igual que aquel abril del '82. Jóvenes, apenas salidos de la adolescencia, con el alma cargada de incertidumbre y el corazón latiendo al ritmo de un tambor de guerra. Dejaron sus hogares, sus familias, sus sueños, para defender un pedazo de tierra que, aunque lejano, sentían propio.

En las trincheras, el frío calaba hasta los huesos, pero el calor de la camaradería los mantenía vivos. Compartían cigarrillos, cartas de sus madres, y el miedo, ese compañero silencioso que los acompañaba en cada amanecer. Vieron la muerte de cerca, sintieron el dolor de la pérdida, y aprendieron a valorar la vida en su más cruda expresión.

Regresaron a casa, pero ya no eran los mismos. Sus ojos habían visto demasiado, sus almas cargaban con el peso de la guerra. El silencio se convirtió en su refugio, un muro que los separaba del mundo que no entendía su dolor.

Pero el silencio no era olvido. En cada 2 de abril, sus voces se alzaban, no con rencor, sino con la necesidad de ser escuchados. Contaban sus historias, no para glorificar la guerra, sino para honrar a sus compañeros caídos, para mantener viva la memoria de aquellos que dieron su vida por la patria.

Sus relatos eran un testimonio de valentía, de sacrificio, de amor a la tierra que los vio nacer. Eran la voz de una generación marcada por la guerra, pero unida por un lazo indestructible: el lazo de la hermandad.

Hoy, sus voces resuenan con fuerza, recordándonos que Malvinas no es solo un pedazo de tierra, sino un símbolo de nuestra identidad, de nuestra historia, de nuestro compromiso con la paz.

Sus historias, relatadas en el libro "Dignos y Patriotas" de Fabio Rosciolesi, es un testimonio de su coraje y su amor por la patria.